Era un trabajo limpio y fácil; viajar a un planeta poblado y seguro, encontrar al transportista perdido, a poder ser intacto y en plenas facultades mentales, recuperar la mercancía extraviada y el tiempo robado, y cobrar una nada desdeñable cantidad de dinero. Un trabajo tranquilo para un tipo que no buscaba complicaciones.
Nadie advirtió a Chase de que Reo era un imán para los problemas, y que la nave con la valiosa carga se había esfumado en una cortina de humo con aroma a que iban a salir pringados por los cuatro costados.
Nadie advirtió a Chase de que Reo era un imán para los problemas, y que la nave con la valiosa carga se había esfumado en una cortina de humo con aroma a que iban a salir pringados por los cuatro costados.